En una era de constantes tendencias fitness y consejos en las redes sociales, la noción de sincronizar el entrenamiento de las mujeres con su ciclo menstrual ha ganado terreno en las conversaciones entre atletas de élite y entusiastas del gimnasio por igual. La idea es aprovechar las fluctuaciones hormonales naturales del cuerpo de la mujer para optimizar el rendimiento deportivo.
El ciclo menstrual es una parte intrínseca de la vida de las mujeres, y no es sorprendente que afecte su rendimiento deportivo. A medida que el tema se abre paso en las conversaciones sobre el rendimiento atlético, las mujeres comparten sus experiencias, marcando un hito en la normalización de un fenómeno que, durante mucho tiempo, fue relegado al silencio. "Muchas veces me frustro porque siento que tengo poca energía en momentos importantes. Esto no debería pasar, tenemos que poner el foco en el ciclo" afirma Florencia Moreno, jugadora de rugby de Aguará Guazú y del seleccionado nacional.
Carla Alderete, profesora de educación física, asegura que no siempre está pendiente de la etapa del ciclo en la que se encuentra pero si tiene una filosofía sobre la integración natural del ciclo menstrual en su rutina de entrenamiento: “aprendí a escuchar las señales de mi cuerpo, especialmente en esos días en los que todo parece más difícil, como el primer o segundo día del periodo. En esos momentos, si experimento dolor intenso, prefiero no entrenar; sin embargo, si la incomodidad es tolerable, optó por una sesión suave, reduciendo las cargas y evitando exigirme demasiado.
¿Y si hubiera una forma mejor de hacer ejercicio que aprovechara el ciclo menstrual? "Hay cambios hormonales que influyen; la mujer, con su ciclo, tiene una problemática que el hombre no tiene” asegura Cayetano Bellomio medico deportólogo. Y explica, “hay dos etapas: los primeros 15 días y los segundos. Se sabe que durante la primera etapa los ejercicios de fuerza tendrían mejores resultados porque al haber testosterona, el músculo se crea mejor. En la segunda etapa, para la etapa progesterónica, los 15 días anteriores a la menstruación, los ejercicios deberían ser más aeróbicos”.
La biker Noelia Rodríguez comenta “el ciclo menstrual puede afectar la resistencia física de una mujer debido a los cambios hormonales. Durante la menstruación la frecuencia cardíaca, el aumento de la concentración de hemoglobina puede disminuir o la masa corporal puede aumentar debido a la retención de líquidos”.
Estas conversaciones no solo están ocurriendo a nivel individual, sino que también están llegando a los niveles más altos del deporte. La selección de fútbol femenina de Estados Unidos ha sido pionera en este sentido. Trabajan con un médico que lleva un calendario menstrual detallado para adaptar los entrenamientos de las jugadoras de acuerdo con las fases de su ciclo.
Este enfoque innovador se alinea con la creciente comprensión de que el ciclo menstrual puede afectar de manera significativa el rendimiento atlético. En los Juegos Olímpicos de 2016, la nadadora china Fu Yuanhui desafió abiertamente las expectativas al hablar sobre cómo los dolores menstruales impactaron su rendimiento. Este tipo de franqueza ha sido fundamental para desmantelar estigmas arraigados en el deporte.
A pesar de los avances, la menstruación todavía se enfrenta a obstáculos en el mundo del deporte de alto rendimiento. Rodríguez señala que la comunicación abierta entre atletas y entrenadores es esencial: "Es un tema de confianza, cuanto más se hable y se conozcan atleta-entrenador, mejores serán los resultados". Por su lado Bellomio aseguró que la gran deuda de la medicina deportiva radica en las mujeres, “hay mucha información sobre el deporte en los niños o traumatología, pero de las mujeres no hay casi nada; la ginecología del deporte es la deuda que tiene la medicina. Para las mujeres es una desventaja el desconocimiento”.
El estigma y la vergüenza también persisten. La menstruación sigue siendo percibida como un tema incómodo en distintos entornos, y la falta de políticas públicas y apoyo institucional contribuye a mantener este tabú. Gimnasios, clubes e instituciones deportivas a menudo carecen de las herramientas necesarias para generar conciencia y actuar en beneficio de los atletas. “Es fundamental desterrar el estigma y fomentar un ambiente en el que los atletas puedan expresar sus necesidades y preocupaciones sin temor a ser juzgadas” sostiene Moreno.